Érase una vez un hombre tan ocupado que se llamó a sí mismo por teléfono y comunicaba. Después de meses, agotado y triste, cogió el teléfono y había un mensaje que decía: «te perdono».
Tentenelaire es un espectáculo que exprime nuestras ganas de bailar contra el viento, saltar con las piernas de otro, derribar muros imaginarios, subirse a una silla y caerse al techo, tocar y cantar nuestra propia música, apretar los labios para decir “adiós”, dejarse barrer por una escoba para seguir adelante.