Vemos en escena a cinco hombres. Son normales, están subidos en un escenario. Cada uno distinto y todos iguales. Se cuidan, se empujan y celebran juntos. Están lanzando cuchillos contra su propia sombra, mirando para sí, moviendo los focos para iluminar espacios distintos, mostrando su intimidad, y desnudándose para escuchar. Hombres que se cuestionan constantemente, pero se regodean en su propia identidad… son, al fin y al cabo, cinco hombres.
Todo en Suspensión es el resultado de dos años de trabajo de un gran equipo. Las coreografías de malabares han sido entrenadas y revisadas hasta el extremo, la música ha sido compuesta durante la creación, la escenografía evolucionada constantemente, la magia entrenada hasta la saciedad, las grabaciones de nuestros padres y hermanos y abuelas y novias rehechas hasta destilar la esencia de la propuesta. Un trabajo con nosotros mismos y con todo lo demás.
Suspensión es un espectáculo llamado a transmitir. Es una propuesta de circo contemporáneo en la que nos gustaría que el público se pueda ver y emocionar. Es nuestra pelota lanzada al aire que alcanza el instante de suspensión; el momento en que todo puede pasar, el momento en que podemos ceder a la gravedad, o tomar decisiones distintas, el momento en que una pelota se queda flotando y con ello todos en el escenario contenemos el aliento.
El momento de Suspensión.