Fotos: marcosGpunto
Bárbara Lluch dirige a la Joven Compañía Nacional de Teatro Clásico en esta nueva puesta en escena del clásico de Shakespeare, con versión de Carolina África. En palabras de la propia dramaturga su intención ha sido “situar la acción en un presente real y me he permitido ciertos guiños contemporáneos que harán que el espectador se sienta interpelado de manera más directa; procurando mantener el espíritu y vuelo poético del original”.
Apenas 21 años contaba Shakespeare cuando, seguramente por encargo y para amenizar los festejos de una boda ilustre, escribió Sueño de una noche de verano (1595 o1596). A partir de referencias de la tragedia y comedias grecolatina -Plutarco, Ovidio, Apuleyo- y otras influencias -los cuentos de Canterbury de Chaucer, el folklore popular y los mitos celtas de la Inglaterra isabelina Shakespeare- construyó una obra infinita y magistral que conjuga distintos mundos -mágicos, mitológicos y terrenales- creando una historia única, extraordinaria e imperecedera. La obra está compuesta por 5 actos en los que conviven distintas tramas: la inminente boda de los duques Teseo e Hipólita, los conflictos de los jóvenes amantes Hermia- Lisandro, Elena-Demetrio, la disputa entre Titania y Oberón en el Reino de las Hadas y los artesanos/actores que tratan de sacar adelante una representación teatral sobre el legendario mito de Píramo y Tisbe. Los distintos argumentos confluyen en un ensoñado bosque una noche de verano donde el duende Puck provocará toda clase de encuentros, desencuentros y equívocos amorosos. Sin embargo, bajo la apariencia de una comedia, la historia penetra hasta lo más profundo de las pasiones humanas difuminando los límites entre sueño, realidad, magia y deseo.