Por Jesús Cracio
Foto: Jesús Ugalde
Raymond Queneau (1903-1976), escritor, poeta, matemático y novelista francés, miembro fundamental del surrealismo, cofundador de OULIPO (Taller de Literatura Potencial) e integrante del Colegio de la Patafísica, fue uno de los artistas más importantes y prolíficos del enloquecido y transgresor París de mediados del siglo XX. No es fácil encontrar en nuestro ámbito cultural escritores de talante tan sugestivo.
Después de asistir a un concierto donde se interpretaba El arte de la fuga, de J. S. Bach, Queneau consideró que sería muy interesante y apasionado crear algo similar pero trasladado al plano literario. Ejercicios de estilo es todo un manifiesto en contra de la separación tradicional entre teoría literaria y práctica de escritura. A partir de la construcción de 99 variaciones sobre la anécdota que sirve de punto de partida, surge este texto sorprendente que aúna ingenio, ironía y sabiduría retórica.
Una vez realizado este arduo y atípico trabajo a lo largo de varios años, el libro cae en mis manos por puro azar y nace en mi la idea de transportarlo al escenario: la construcción de un montaje teatral por medio de variaciones que proliferan (hasta el infinito si se desea) en torno y a base de un tema absolutamente nimio y trivial. Un ejercicio de funambulismo.
Partiendo del tema base, Notaciones, se van sucediendo sin interrupción distintas formas narrativas e interpretativas del mismo suceso. El gran abanico de la inquietante visión de la comedia humana comunicativa. Todo ello unido y aderezado (intentando ser lo más fiel a Queneau) por la Toccata y Fuga en D menor de J. S. Bach interpretada en variadas versiones que mudan desde la clásica sinfónica hasta el rock and roll pasando por el jazz.
Un escenario con escasos elementos donde 8 intérpretes darán cuerpo a 34 personajes otorgando al tratamiento de la luz y su expresividad dramática un significado fundamental para crear entornos y marcos que la desnudez del montaje reclama. Un teatro pleno de riesgos y de aventura.
¿Quién no ha escuchado alguna vez múltiples versiones de un mismo suceso según la persona que nos los cuenta?