Fotos: Pablo Lorente
¿El acto de crear no es una forma de morir?
¿El proceso artístico no es un suicidio?
Dejarse caer, precipitarse, romperse, desangrarse.
Diseñar el espacio ideal, el momento soñado y caer.
Caer con la belleza que lo hacen las hojas en otoño.
Caer en movimiento, iluminadas por la luz del atardecer,
con el mejor vestido y en el espacio apropiado.
En cada acto escénico morimos.
En cada apertura de telón renacemos.
Buscamos nuestra paz muriendo en cada creación.
Sus suicidios son sus obras.
¿Y si hubieran encontrado otro escenario?
¿Se hubieran salvado?