La acción se desarrolla en una comisaría de policía en la que se practica tortura. Pedro y el Capitán no representan la maldad o la bondad, son personas corrientes a las que el destino les ha conducido a un enfrentamiento dramático. La acción se desarrolla en cuatro escenas, que suponen un intermezzo o interrogatorio que se sucede a unos procesos de terrible tortura que tiene lugar en otras dependencias. En el duelo entre ambos personajes aparecen sus contextos familiares y sociales, que determinan una actitud contundente y determinada.