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Marta Albert escribe y dirige su primera pieza teatral, un drama que utiliza la enfermedad de la anorexia como un vehículo para hablar sobre la angustia, la culpa y las heridas emocionales.
La función está interpretada por los actores Clàudia Melo y Daniel Rived, y su historia narra la vida de Andrea, haciendo un recorrido desde su infancia hasta la actualidad, ya en la edad adulta. Andrea es el alter ego de la propia Clàudia, ya que el relato se basa en el problema que ella misma sufrió. Así, se presenta a una niña que anhela a unos padres que no tiene y que no halla. Ese malestar de sentirse tan sola hace que acabe abrazando a la anorexia.
Andrea es una niña, una joven y una adulta que busca un lugar en el mundo. La pieza, como la vida, empieza con la infancia donde la protagonista ansía a unos padres a los que necesita y no encuentra y entonces, como compañera, aparece la anorexia. El fantasma de la anorexia acompaña a Andrea durante toda la obra como esqueleto pero nunca es la protagonista de la historia. Andrea crece y conoce el amor e, intentando hacerse un lugar allí también, la anorexia suple y embalsama el dolor que deja el desamor y el abuso. Finalmente Andrea, adulta y cansada, renuncia a buscar el amor en el otro, enterrando así a su compañera.
