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Verdades incómodas
No hay ningún otro lugar artificial que albergue tantas emociones humanas distintas que las habitaciones de hotel. Quizá un hospital o una funeraria. Pero en una habitación de hotel cada noche se quedan contenidas las energías, sueños, anhelos, ilusiones, pulsiones… de personas diversas. Se podrían reconstruir las historias de cada una de ellas a través de un estudio del ADN emocional… si esto existiera.
Esta propuesta intimista y original creada y dirigida por Mariano Rochman se va articulando en nuestra cabeza como si de un libro de ‘Elige tu propia aventura se tratase’. La obra crece alrededor de cuatro noches de hotel desordenadas en el tiempo. Cuatro partes a las que hay que buscar conexión. A partir de la primer parte, las dos siguientes pudieron suceder un mes antes o un mes después en la vida de dos de los personajes. La cuarta parte sucede dos meses después de la primera noche. En base a esto la mirada del espectador no será la misma sí se posiciona en que la segunda o tercera parte han sucedido antes o después de la primera parte que es la que desencadena el conflicto en la obra.
En esta obra interpretada por José Bustos, Sauce Ena, Xoel Fernández y Elena Rey nada es lo que parece, nadie es completamente inocente ni culpable. Aquí los encuentros acaban en desencuentros o derivan en situaciones inesperadas y cómicamente absurdas, tal vez como la vida misma. Cuatro momentos en la vida de unos personajes que les pondrán en una tesitura siempre complicada, la de enfrentarse a la verdad, a esa única verdad que importa. Nosotros, como espectadores, asistiremos a ese implacable viaje en búsqueda de la verdad acerca de uno mismo.
