Nerón pasó a la historia como el emperador que provocó el incendio de Roma para llevar a cabo la reconstrucción de la ciudad según un nuevo proyecto urbanístico moderno y artístico. Los estudios históricos actuales consideran que, en realidad, Nerón no incendió roma. Una vez incendiada la ciudad, aprovechó para reconstruirla a su gusto. Podemos considerar a Nerón como el emperador artista, amante de la cultura y todas las artes.
La obra muestra cómo a lo largo de la historia cómo los pueblos cometen siempre el error de permitir la tiranía de locos sanguinarios por acción u omisión de los que están cerca del tirano. Así Petronio asume en la obra que debe sumarse a la conjura para derribar al emperador y se lamenta su pasividad.