Fotos: Sergio Parra
Rubén Szuchmacher, uno de los grandes maestros de la escena internacional, dirige este nuevo montaje de Muerte de un viajante, una de las obras claves de Arthur Miller, que cuenta con un reparto encabezado nada menos que por Imanol Arias.
Willy Loman es un viajante de comercio que ha entregado todo su esfuerzo y su carrera profesional a la empresa para la que trabaja. Su único objetivo es darle una vida mejor a su familia, su mujer y sus dos hijos, que le adoran y a los que quiere inculcarles la ambición por triunfar y progresar en la escala social. Trabajador infatigable, ahora, con sesenta y tres años, exhausto y agotado tras una vida sin descanso, ve cómo su posición en la empresa se tambalea. Sus ventas ya no son las que eran y su productividad cae en picado, lo que provoca que la relación con sus jefes se haga insostenible. Su matrimonio tampoco va bien, y la relación con sus hijos esconde un antiguo secreto que les llena de resentimiento y que amenaza con destrozar la estabilidad familiar. Todo ello le lleva a una espiral de depresión y autodestrucción, en la que su único apoyo es su abnegada esposa, la única que parece entenderle. A medida que se complican los acontecimientos y sus sueños se desvanecen, todo se precipita hacia un final trágico al que el vencido viajante parece inexorablemente abocado.
La crueldad de un capitalismo salvaje en el que el ser humano sólo vale lo que sea capaz de producir, la frustración por los sueños no cumplidos, la incapacidad de padres e hijos para expresarse su amor, las complejas relaciones de pareja, y la necesidad de triunfar y ser aceptado por los demás, son los ejes sobre los que pivota esta obra maestra de la dramaturgia contemporánea, una demoledora reflexión sobre el ser humano que, como buen clásico, resulta tan actual hoy como cuando se escribió a mediados del siglo pasado.
La muerte de un viajante está unánimemente considerada la obra cumbre de Arthur Miller. La fuerza de la historia reside tanto en lo que cuenta como en la manera de contarlo. La obra nos relata las últimas veinticuatro horas en la vida de un viajante de sesenta y tres años llamado Willy Loman, con un magistral retrato de unos personajes que, siendo portavoces de una época, son por encima de todo únicos y singulares, en una atmósfera onírica, inquietante y emotiva.