Hablar de orgasmos es hablar tarde o temprano de sexo. Un tema que, a menudo, es tratado en voz baja. Más orgasmos menos estrés, describe procesos emocionales por los que pasamos ante algunos estímulos sexuales. Sus protagonistas viven situaciones completamente diferentes pero que a su vez se complementan, y allí es donde surgen los mejores momentos de la comedia de enredo.
Esta historia es la confesión de las manías, obsesiones, problemas, y disfunciones sexuales que abarcan al ser humano en la vida cotidiana, interpretados sin tapujos, desde el respeto y la comedia, mostrando siempre las emociones al desnudo. A pesar de que el tema es absolutamente serio, el texto está cargado de ironías y de provocaciones a la risa, enlazando un carrusel vertiginoso de situaciones burlescas en las que muchos se reconocerán fácilmente. Estas situaciones tan típicas y grotescas encuentran precisamente en la risa y en la diversión su síntesis natural. Todo ello aderezado con un toque de dramaturgia y envuelto en una pequeña historia de ficción. Y por si esto fuera poco, se entrelazan con una psicóloga de la vida real. De esta manera, se consigue que el público sienta esta ‘micro-terapia’ como toda una experiencia inclusiva, mostrando una salida al oscuro laberinto en que a veces se convierte el sexo. El origen de la obra parte de historias reales de pacientes que ha tenido la psicóloga a lo largo de su carrera.
El texto final surge a partir de improvisaciones del actor Nacho Peinado, quien al escuchar los relatos previos de la psicóloga, decide mezclar realidad y ficción para ponerle cara a los tabúes que nos acompañan día a día en el ámbito sexual. Esta aventura logra convertir al espectador en voyeur, como si pudiese fisgonear privilegiadamente un consultorio psicológico, por eso regala una ventana generalmente imposible de conseguir.