Un momento para la Melancolía en el Teatro Alfil. Conocerás a Joan Estrader, un tipo extraño.
Su planteamiento escénico tiene dos ejes fundamentales: la palabra y la estimulación de algún recoveco del cerebro que te deja entre la sonrisa y la duda, entre la admiración y las ganas de darle una cachetada e inmediatamente después un abrazo. Lo suyo es poética e insubordinación taimada, porque lanza dardos para que los cojamos con las manos abiertas y, al mínimo contacto, se convierten en estallidos de color. Es extraño el teatro de Joan, claro que sí. Es teatro del bueno, de ese que te deja un sensación agridulce.
Un espectáculo surrealista cargado de juegos de palabras que esconden una profunda Meloncolía.