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Daisuke Inoue era teclista y batería en un club en Kobe. Actuaba en oficinas y despachos tocando nagashi (música popular de Japón). Un día, no reunió a suficientes intérpretes y las personas trabajadoras se animaron a cantar las canciones que tanto conocían. Rápidamente se corrió la voz sobre lo divertido que era este nuevo invento, y Daisuke comenzó a alquilar máquinas a los bares, qué lugares. El primer bar karaoke se abrió en Los Ángeles (Estados Unidos), y desde entonces, la conquista y la fiebre del micrófono amateur, donde entonar es lo de menos, no han hecho más que crecer. ¿Hasta cuándo?
Estamos en 2080. El Teatro del Barrio se ha convertido en el Museo del Barrio porque los espacios de Artes Escénicas han desaparecido. Un artilugio de museo destaca sobre el resto: el karaoke, un aparato de origen japonés muy utilizado por la población de finales del siglo XX y primer tercio del XXI.
Parece ser que dicho artilugio producía efectos revitalizantes en sus usuarios, elevaba el ánimo, combatía el stress y divertía mucho.
¿Lo quieres probar?
Aquí el público, si quiere, canta. Y canta los temas de mayor éxito de todos los tiempos en los karaokes de España: se ha hecho un trabajo de campo científico y se han identificado.
