En Maldito Espinosa, Miguel, un joven ingeniero, despreocupado y amante de la buena fiesta, nos hace partícipes de los recuerdos de su Erasmus en Ámsterdam, donde tuvo un encuentro transformador con dos hermanos: Marga, apasionada historiadora del arte, y Juan, un huraño y misterioso erudito que está terminando su tesis sobre el filósofo Baruch de Espinosa.
La filosofía espinosista se entrelaza a lo largo de la obra con la experiencia de Miguel, cada vez más enamorado de Marga y más atrapado en el universo que Juan dibuja a su alrededor. La obsesión de Juan por el filósofo inocula en los demás personajes el anhelo de imaginar la luz divina que le fue arrebatada a aquel holandés errante, excomulgado por la comunidad judía de Ámsterdam debido a sus heréticas ideas sobre Dios y la ley mosaica. Las palabras de Espinosa, proscritas y maldecidas, se diluyen en los canales que separan el pasado y el presente de esta obra, agua siniestra que riega dos mundos extrañamente cercanos: España y los Países Bajos.