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Este espectáculo presentado por Miedo Escénico se adentra en el mundo desasosegante de una de las tragedias más cruentas y oscuras de Shakespeare: la conocida como la tragedia escocesa o la tragedia de Macbeth. Es una obra que ha sido muchas veces llevada al teatro, al cine e incluso a la ópera.
¿De dónde nace el irresistible atractivo de este texto inmortal? Del horror, de la maldad, de la ambición sin límites que desprenden sus personajes. Macbeth y su esposa son el paradigma del deseo del poder, de su consecución, al precio que sea, y del mal uso que se hace de dicho poder una vez obtenido.
Macbeth y su esposa son unos asesinos, y los asesinos tienen un atractivo extraño para el común de los mortales porque, de algún modo, son seres que se atreven a desafiar las normas, la moral, la ética, y que no tienen miedo al castigo humano o divino que se pueda derivar de sus acciones.
Macbeth está dispuesto a todo y lo arriesga todo en el loco empeño de ser rey, para atender un deseo irrefrenable, que su esposa se encarga de alimentar. Es la ambición de poder en estado puro. Es la destrucción, el ruido y la furia en una carrera enloquecida, ausente de sentido hacia la nada, atendiendo una profecía pronunciada por unas mujeres extrañas que muy bien pudieran ser producto de su mente desvariada.
En esta tragedia están presentes todas las señas de identidad de la dramaturgia de William Shakespeare: las pasiones humanas desbordadas, la ambición, la codicia, la maldad, las fuerzas del destino, la superstición, la violencia, la sangre, pero también la nobleza, la amistad, el sentimiento patriótico y la pureza de algunos corazones inocentes. Esta obra permite, como pocas, bucear en el alma humana, capaz de lo mejor y de lo peor, tal y como ha sido en el pasado y tal y como sigue siendo hoy.
En esta propuesta pretenden sugerir una atmósfera posterior a la guerra, una guerra inclemente que ha arrasado con todo. No hay edificios, las ciudades han sido destruidas. El aire es irrespirable y apenas hay agua y alimentos. Los seres humanos supervivientes a los combates se agrupan en torno a su líder: el rey escocés o el irlandés o el inglés, y las luchas de poder son constantes. Las armas están presentes y la pertenencia a un grupo que pueda garantizar la seguridad es un asunto de vital importancia.
