Magüi Mira dirige esta obra sobre la historia de amor entre George Sand y Frédéric Chopin.
El espectáculo ha sido escrito por la dramaturga canaria Irma Correa (En la fundación o ANA, también a nosotros nos llevará el olvido) y relata el romance entre ambos personajes históricos. Así, se presenta cómo en 1836 el pianista y compositor Frédéric Chopin conoció a la escritora Amantine-Aurore-Lucile Dupin, baronesa de Dudevant y apodada como Georges Sand, en una reunión de amigos organizada por Franz Liszt. Ambos se enamoraron en un momento de debilidad emocional y física de Chopin, pues unos meses antes la familia de Maria Wodzińska, su prometida, había roto el compromiso matrimonial por la mala salud del músico.
Poco después el compositor volvió a recaer y, buscando un ambiente más cálido, la pareja se trasladó a la isla de Mallorca. Pero la casa donde decidieron residir era demasiado húmeda y fría, por lo que Chopin siguió empeorando.
Se establecieron en París (Francia) y su matrimonio convulsionó cuando George y su hija Solange dejaron de hablarse. Chopin trató de mediar entre ellas, pero su esposa creyó que se ponía del lado de Solange y se marchó anunciándole que no quería volver a verle. En 1849, Chopin se hallaba en su lecho de muerte y George fue a despedirse de él, pero la hermana del polaco se lo impidió.
Ahora, el montaje se imagina que es lo que podría haber sucedido en aquel encuentro. Una reflexión acerca de la vida, la muerte y el amor inspirada en dos seres que se quisieron sobre todas las cosas y que, sin embargo, terminaron separados.
París. 17 de octubre de 1849. La célebre escritora francesa George Sand quiere despedirse del que ha sido el gran amor de su vida, Frederic Chopin. El compositor polaco vive sus últimos instantes rodeado de familiares y amigos. Sin embargo, la hermana del escritor no le permite hacerlo, alegando razones tras su ruptura tormentosa. ¿Qué palabras, qué gestos, hubieran compartido en esa despedida? La historia de amor de George Sand y Frederic Chopin, una de las más hermosas de todos los tiempos, se entremezcla con la música de los Nocturnos, pura poesía viva.
Una reflexión sobre el sentido de la vida, de la muerte, y del amor.