¡Oh libertad! ¡Cuántos crímenes se cometen en tu nombre!”, dijo Manon Roland antes de perder la cabeza en la guillotina.
Como ella, Lope de Aguirre el peregrino, el libertador, el traidor (porque todo eso a la vez fue) perdió también la cabeza en el delirante recorrido por ese río inmenso, con demasiada espesura y lleno de víctimas en su propia tierra invadida. Pero aquí no aparece, solo se le siente en las voces de los demás personajes reales o sospechados de esta aventura equinoccial y en su propia voz justificando por razones de abuso de poder que se ‘desnaturara’ de los reinos de España. Esta obra trata del poder y de la pérdida del poder, de la ambición, de la corrupción, de la locura de las empresas imposibles.
Que cada cual le ponga el nombre que se le venga a la mente.