Lo que tengo de infinita. Un diálogo poético entre una mujer y la niña que fue.
Finita está a punto de tirar la toalla, pero suicidarse, no es tan sencillo.
Nuestra obra parte de la necesidad de la protagonista de hacer balance: ¿realmente no tenemos motivos para quedarnos? ¿este trocito de tierra es exclusivamente nuestro? ¿ volveremos a abrazar a nuestra abuela?
En algún lugar de su memoria, Finita encuentra a la única persona que podrá dar respuestas certeras a sus preguntas: la niña que fue, Infinita, ella misma.
Sucesivos episodios de infancia, adolescencia y madurez serán la narración de una ilusión marchita, una rebeldía frustrada y finalmente un sentimiento de derrota que la conducen a la cuenta atrás de un bote de pastillas.
Perder la infancia no es lo mismo que olvidarla. Sobrevivir es el compromiso que el cuerpo adquiere con el tiempo.