Gil Vicente, autor fundacional de la dramaturgia ibérica, nos mostraba, a través del Llanto de María Parda, una Lisboa sacudida por la sequía que obligó a cientos de campesinos a huir hacia el mar buscando un futuro más próspero. María Parda, una señora mulata, alcohólica, entrada en años y sin un futuro prometedor, vaga por las tabernas de Lisboa sin dinero en busca de un trago que beber. En su recorrido, iremos viendo cómo el síndrome de abstinencia de María va en aumento, taberna tras taberna, negativa tras negativa a fiarle, hasta provocarle la muerte por sed. María Parda es uno de esos personajes que, a través del humor y la ironía, nos confronta con la realidad más dura y ácida.