El espectáculo busca conectar a los espectadores con sus propios recuerdos, de manera que sean conscientes de que todo lo que viven se convertirá en algo pasado, y salgan motivados a convertir cada momento de su vida en la mejor memoria posible.
La utilización del humo y el cristal como metáforas visuales aportan el concepto de fragilidad y valor que tienen nuestros recuerdos: podrían quebrarse en cualquier momento y desaparecer para siempre.
Los abuelos son el pilar metafórico que porta el mensaje de Le fumiste. Las personas mayores tienen sobre todo pasado, mientras que los niños pequeños tienen, ante todo, futuro. Esa reflexión sirve para potenciar la transmisión entre abuelos y nietos. Una relación mágica que debemos cuidar y facilitar también desde el teatro.
A nivel visual, Davel Puente aprovecha su pasado como artista de circo y mago para ilustrar los recuerdos de la vida cotidiana como la experiencia mágica que en realidad son.