Lavar, marcar y enterrar es una comedia de balas, calaveras y pelucas. L.M.E. nos descubre que la venganza se sirve al calor de un secador de mano y no hay mejor defensa que un buen tinte. L.M.E. nos enseña que es fácil enterrar el pasado pero muy complicado que este permanezca inmóvil y en silencio en los sótanos de una peluquería.
En un local del barrio madrileño de Malasaña, cuatro personajes se ven forzados a compartir ochenta metros cuadrados durante una noche de armas sin seguro y peligrosos recuerdos. Lucas y Roberto, dos frustrados aspirantes a policía nacional, conviven durante horas con Gabriela y Fernando, ella la orgullosa dueña de la peluquería Cortacabezay él su mejor pero más neurótico empleado.
¿Por qué los fantasmas no tienen pelos en la lengua cuando cuentan sus miserias? ¿Por qué intentamos alisar nuestro futuro cortando solo las puntas? ¿Consiguen horquillas, bigudís y rulos rizar un argumento?¿Se puede uno salvar de la verdad por los pelos? ¿Es necesario que el pelo esté húmedo para cortar por lo sano con el pasado? Aunque L.M.E. pretende contestar a todas esas preguntas, también tiene la intención de que los espectadores que cada noche asistan a cada función sean inmensamente felices durante el tiempo que estén violentamente secuestrados en nuestra peluquería.