La obra está inspirada por un hecho real, el doble asesinato cometido por dos criadas, las hermanas Papin, contra su ama y la hija de ésta en 1933, sin un móvil aparente y sin ningún tipo de premeditación. Este hecho provocó una gran conmoción en Francia donde se realizaron diferentes análisis sobre el por qué de un asesinato tan absurdo, y señalando a un sector bajo sospecha, el servicio doméstico.
Jean Genet escribió Les bonnes estando preso en la cárcel, donde se da un paralelismo entre la vida del autor, al límite de la legalidad pues durante gran parte de su vida fue un delincuente común, y el suceso de aquellas sirvientas condenadas a vivir en la miseria de una existencia sin redención para ellas.
El estreno de la obra en 1947 en el Ateneo parisino provocó un gran rechazo por parte de la crítica y del público, aunque con el paso del tiempo se ha convertido en una de las obras más representadas del autor.
En Criadas, con sus diferentes capas, juego de espejos y teatro dentro del teatro, asistimos a la ceremonia donde se plantea un sacrificio metafórico, la subversión del empoderamiento en la apropiación de la identidad. La leal servidumbre de las criadas aspirando a transformarse en algo que las libere de una realidad que las condiciona.
La transfiguración de los personajes es por un lado la eterna lucha de clases entre los dominados y los dominadores, aunque hay algo más allá, y es el deseo de ser otro, cambiar de piel, mutar en algo diferente como el anhelo de una perfección ideal que conlleva un sacrifico. Una perversa búsqueda de la trascendencia a través de la identidad.