Fotos: Javier Naval
Pedro Calderón de la Barca fue un extraordinario traductor de las fuentes narrativas grecolatinas a las letras del barroco español.
Son muchos los temas y personajes arrancados de las fuentes originales de la cultura clásica. El mito platónico de la caverna, al que se acercó en numerosas ocasiones, ocupó una significativa parte de sus preocupaciones filosóficas.
La vida es sueño es una de sus más celebradas propuestas para acercarnos al problema de la predestinación de la vida humana y a nuestra capacidad para encontrar espacios de libertad en nuestra peripecia vital.
La vida es sueño es uno de los mayores prodigios de la literatura escénica del Siglo de Oro por su capacidad de aunar belleza poética, conflicto dramático y profundidad filosófica.
Un príncipe encadenado en una montaña. Una joven disfrazada de hombre en busca de venganza. Revolución, amor, asesinato… pero en La vida es sueño ¿es lo real verdaderamente real? ¿O es todo un sueño?
El director Declan Donnellan y el diseñador Nick Ormerod imprimen su espíritu característico a esta obra de Calderón de la Barca, la más famosa del Siglo de Oro español, dando prioridad al actor, al texto y al espacio. Un muro verde de puertas da la bienvenida al público. Cuando las luces se apagan, se establece una relación entre el actor y el público. Oímos a Calderón en nuestro oído, preguntando: «¿Qué es la vida?», y su respuesta: «Una ilusión, una sombra, una ficción. Porque toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son».
El trabajo de los actores españoles revela una obra que es a la vez urgente, potente y profundamente contemporánea.