La historia transcurre en el Madrid cercano a la calle de Toledo en el atardecer y noche del 14 de agosto. Susana y Casta, dos jóvenes trabajadoras de un comercio de la zona, aceptan los galanteos de un maduro boticario, don Hilarión. Julián, que está enamorado de la Susana se pone de los nervios y no ve con buenos ojos ni al viejo boticario ni sus intenciones.
Llega el día de la Verbena de la Paloma y las dos jóvenes, con su mantón de Manila y un vestido de seda chiné, deciden acompañar a su anciano admirador a la verbena. Julián estará allí, acompañado de su Tía Rita, que no cesa de intentar disuadirle de ceder a la ira, recordándole a cada paso: «que tiés madre». Tras armar un buen jaleo en la verbena de la Paloma, los jóvenes enamorados se reconcilian.