La tempestad es sin duda la obra más operística de todo el teatro de Shakespeare, enfatizando la belleza de la narración a través de la imagen y la música. Esta dimensión es lo que despertó el deseo de la directora de ópera y teatro que soy, ofreciéndome la posibilidad de compartir estos dos enfoques.
Llevada por el soplo de la imaginación y poesía, la obra es una profunda reflexión sobre la naturaleza del hombre. Escenifica la crítica de nuestros excesos, de nuestras mentiras, una lucha contra el oscurantismo para vencer a nuestros demonios. Apela a valores de tolerancia y compasión que tanto necesitamos hoy día…