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La tabernera del puerto

Estreno: 2021-11-19
Última función: 2021-11-28
Género:
Duración: 130 mins.

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    La violencia tiende a impregnar todo

     

    Por David Hinarejos

    Fotos: Javier del Real

     

    Una nueva oportunidad de disfrutar de esta producción del Teatro de la Zarzuela que se estrenó en 2018 con Mario Gas, que ahora repite, como director de escena. Denominada por muchos como la ‘Traviata de la zarzuela’ o ‘la última gran zarzuela de la historia’, este título del maestro Pablo Sorozábal se estrenó justo antes de la Guerra Civil en mayo de 1936 en Barcelona y no llegaría a Madrid hasta 1940. Justamente en estas funciones en la capital fue el padre de Mario Gas, Manuel Gas, quien cantó el papel de Simpson. Este hecho supone que para el director hispano-uruguayo este romance marinero tenga un valor muy especial. Para él «no es una obra realista ni lo pretende; se trata de un relato teatral teñido de un vapor de leyenda, o elemento poético, en el que se explica una historia de contrabando y de amor en un pueblo marinero».

    Lo cierto es que esta casi idílica premisa, a la que se suma la candidez de la tabernera Mariola su protagonista y la ternura de Leandro y el amor puro de Abel, sus dos pretendientes, esconde un relato marcado por la violencia. Primero, por la violencia que se veía venir durante el proceso de creación de la pieza, la guerra. Segundo, porque se muestra en la misma la violencia de las mujeres del pueblo contra Mariola por celos, la de los borrachos que acuden a la taberna y la de un esposo y ¿padre?, Juan, que pega a Mariola por ser su mujer e ¿hija?

    La resolución de esta historia, que básicamente relata como Mariola es utilizada como moneda de cambio por Juan para conseguir introducir droga en el pueblo, aporta como suele ser habitual en el género un «y fueron felices para siempre» para Mariola y Leandro tras varias adversidades.

    Los fabulosos decorados del gran Ezio Frigerio, la iluminación de Vinicio Cheli y el vestuario de la ilustre Franca Squarciapino acompañan a la riquísima orquestación de Sorozábal bañada de  aires folklóricos, ecos antillanos y con muchos pasajes que se eleva hasta lo sinfónico.

     

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