Ildebrando Biribó fue el apuntador de la primera representación mundial de Cyrano de Bergerac (28 de diciembre de 1897). Al finalizar la obra, se le encontró muerto en su concha.
Ildebrando Biribó es un monólogo a varias voces donde el actor juega con los personajes, las historias entremezcladas y la vorágine de ideas que se lanzan sobre la escena.
Con grandes dosis de humor, desfilan sobre la escena una treintena de personajes, desde los más terrenales a los más poéticos, recreando mundos evocadores, épocas pasadas y situaciones vitales para que Ildebrando cuente su tragedia.
Una eterna caída en el abismo, un abrir continuo de cajones, de situaciones, y una reflexión sobre el teatro desde uno de sus pilares: el oficio teatral, personificado en la figura del apuntador.