Fotos: Camilla Winther
El segundo Verdi de la temporada 18/19 lo representa uno de los títulos más populares de todo el repertorio operístico: Il trovatore. En una nueva producción del Teatro Real, Maurizio Benini dirige dos repartos repletos de grandes estrellas verdianas: Ludovic Tézier, Maria Agresta, Ekaterina Semenchuk, Francesco Meli y Roberto Tagliavini, entre muchos otros. La enrevesada trama, basada en la obra de teatro de Antonio García Gutiérrez, cuenta aquí con una gran producción a cargo de Francisco Negrín, que destaca la tensión dramática y arrolladora de esta obra de Verdi.
De la impenetrable –y a menudo delirante– trama de Il trovatore, el aspecto que sin duda alguna más atrajo a Giuseppe Verdi fue la profunda contradicción vital en que se ve sumida Azucena, tan llena de amor hacia su hijo como de odio hacia su madre. El músico buscaba a toda costa revelar las pasiones desbordadas de la mujer, y así lo defendió ante su libretista, llegando a proponerle que abandonaran la historia si no le convencía (como alternativa, le proponía centrarse en una trama que terminaría siendo alumbrada como La traviata). No fue necesario. La obra se gestó a lo largo de tres años de frenética actividad musical y de serios quebraderos de cabeza personales, pero Verdi logró lo que buscaba. Con un temperamento casi desenfrenado y un ímpetu arrollador, Il trovatore rebosa tensión dramática y genialidad musical, y el resultado es una historia de amor y venganza que avanza con intensidad y de forma imparable hacia la catástrofe final. Desde su mismo estreno, la ópera comenzó a ganar en popularidad y, más de siglo y medio después, sigue siendo una rotunda cima del repertorio operístico.