Desubicación, deseos, amores y desamores, conflictos éticos, toxicidad y destrucción son las temáticas principales de esta obra. El inédito escenario, una caja escénica de 9 x 7 metros donde los actores comparten con 80 espectadores sus angustias existenciales, ofrece la oportunidad de sentarse de una forma diferente en el teatro y gozarlo como si se estuviera dentro de la historia.
A partir de la adaptación libre de este clásico contemporáneo, escrito por Henrik Ibsen, considerado como uno de los primeros textos de la dramaturgia moderna, el director Àlex Rigola, propone una puesta en escena innovadora que deja todo el peso de la función en las manos de las actrices y actores, algunos de los mejores de su generación, ofreciendo la posibilidad de gozar de sus interpretaciones en un espacio íntimo y muy cercano.
La confidencialidad que se consigue a través de la proximidad con el espectador, que convive con los artistas en las mismas paredes de la caja de madera, unida a las propias tensiones dramáticas de la pieza, facilitan que las emociones, los sentimientos y todo lo que el autor quiere transmitir llegue directamente hasta el público y cale hondo.
Un trabajo de altísima calidad interpretativa, a cargo de Nausicaa Bonnín, Miranda Gas, Pol López, Marc Rodríguez y Joan Solé, que hace honor a la premisa del propio Ibsen, «busco representar seres humanos, emociones humanas y destinos humanos en base a las condiciones y principios sociales del presente».