Fotos: Maya Balanyá
Como invita a descubrir el título del espectáculo, la obra cuenta con las dos emociones primarias del ser humano: Gozo o el placer de la felicidad y Llanto o el dolor del sufrimiento. Es una reflexión interpretada en voz alta, a corazón abierto y con el alma desnuda, para transmitir estos dos conceptos opuestos o complementarios que marcan la vida.
Este espectáculo surge de la necesidad y del deseo por un mundo mejor, más diverso e inclusivo. Los intérpretes narran sus propias historias personales mediante la danza de sus capacidades artísticas diversas y el lenguaje de sus cuerpos únicos en escena. Identidades de resistencia que van más allá de estereotipos caducados y roles perpetuados en el tiempo, para romper barreras y desigualdades sociales dejando paso al poder transformador de las artes escénicas.