Fotos: Juan Lafita
La Joven cierra su sexta temporada en el Teatro Conde Duque de Madrid con el estreno de Gazoline de Jordi Casanovas con dirección de José Luis Arellano García.
París. Noviembre de 2005. Demasiado jóvenes para ser adultos y demasiado mayores para seguir siendo niños. Desde hace unos días, varios incendios han sido provocados en distintos lugares de Francia, destruyendo varios vehículos. Gazoline cuenta la historia de cinco colegas de una ‘banlieu’ de París que se reúnen una noche para quemar el coche de alguien muy rico.
Los hijos de los hijos de los inmigrantes que llegaron sin nada al país aún se sienten ajenos a él. Europa no les ofrece esos valores que coronan su bandera. Y las calles y los noticieros se llenan de un ambiente que podría ser de revolución o de guerra, de esperanza o de desasosiego. Un ambiente que puede destruir ilusiones y amistades. Los cinco jóvenes van a luchar para encontrar su sitio en este mundo que acaban de reconocer.
Gazoline toma el testigo del proyecto Razas con el objetivo de visibilizar y fomentar la diversidad étnica en las artes escénicas.
A lo largo de los últimos años, la Fundación Teatro Joven ha desarrollado un trabajo teatral eficaz por el fomento de la igualdad, especialmente en lo que se refiere a la igualdad de género y diversidad sexual. Sin embargo, y a pesar de los esfuerzos realizados para fomentar la diversidad étnica del proyecto los resultados han sido muy limitados.
El descubrimiento del proyecto Premier Acte que las Fundaciones Edmond de Rothschild han venido desarrollando en Francia dio como resultado una colaboración que se materializó en la creación del Proyecto Razas. Esta colaboración consiguió los objetivos que perseguía al ofrecer con éxito talleres a jóvenes con orígenes étnicos diversos y poder crear un espacio para la creación y formación. El colofón de ese primer año fue una puesta en escena dirigida por Josep Maria Mestres en el Corral de Comedias de Alcalá.
Es importante recordar que España fue hasta los años 70 país de emigrantes y que las migraciones que conforman la gran diversidad étnica actual en España se gestaron de forma masiva en los años 90. Esto tiene como consecuencia que la sociedad española todavía no ha descubierto su propia diversidad étnica por lo que nuestro país aún no ofrece una vida en igualdad a estas primeras generaciones de españoles que en números ya muy considerables han nacido o han crecido en España.