Foto: Marina Castañeda
El uno mismo existe tan poco. Es solo un cuerpo que nada y luego un sonido primero asfixiante en su programa y luego llega a gritar, gemir, pedir ayuda, llorar. Yo defectuoso, hambriento, desaparecido, impotente, decepcionado, decepcionante, jadeante, terminado, sexual, despojado de toda motricidad, avergonzado de su impotencia, ladrón de la leche que traga como de la lengua que hornea. Es sobre todo un hocico que perfora la superficie del agua y luego un grito en la orilla. Furtivo, furteur, hurón, fur desde el amanecer. Depredador de la naturaleza, ladrón de todas las sociedades animales imitadas, mata lo que le es otro y se alimenta de él. Depredador de todos los depredadores del universo de la depredación, heredero de todas las astucias vegetales y animales, todos los cantos, todos los ruidos, todos los gritos, todas las llamadas, los plagia.