«Decidí hacer la pieza de mi vida, pues no sé perder. En el guion, una vaca tudanca, con tutú rosa, baila Billie Jean cruzando el escenario. También contraté un alter ego en el caso de que todo saliera mal. Como material coreográfico pedí a mi madre que me enviara vídeos míos bailando de los VHS de la familia. Solo ella y yo sabemos lo duro que es nacer en los 50 y tener que utilizar el wetransfer. Lo de no saber perder lo heredé de mi madre. La pieza no es moderna, odio todo lo que se define por moderno. Sí. Esta es la pieza de mi vida y se equivoca quien piense que acabo de empezar». Mari Paula
Fronterizas es la tercera obra de la investigación antropófaga de Mari Paula. La última puesta en escena de una trilogía –Retrópica en 2017, Devórate en 2019 y Fronterizas en 2022- que aborda el cuerpo como una experimentación antropófaga y migrante.
Fronterizas también es una acción interdisciplinar, que relaciona la experiencia vital de Mari Paula con la danza, con las tecnologías lumínicas de Carlos Molina y con las tecnologías sonoras de Jaime Peña.
Una obra autoficcional que aborda temas como la lucha, el cansancio y la aceptación del fracaso. Con una estructura narrativa no lineal, Fronterizas vislumbra un futuro a partir de los trozos rotos del pasado. Es circular. La construcción dramatúrgica rompe con la coraza, con el lenguaje y con el cuerpo de la performer. Una obra decolonial, no por su discurso y sí porque pone en escena un cuerpo transmundano que desea desestabilizar las lógicas de la producción y «do whatever the fuck you want».