Los dos personajes viven juntos un apasionado viaje, lleno de esperanza, pero de obstáculos y miedos también.
Viven cada segundo, sienten cada segundo y, a través de su vaivén de emociones, nos cuentan con textos de Fragmentos de Teatro I de Samuel Beckett, el presente. Por otro lado, mediante una evocación al Quijote, se representan un conjunto de juegos, con una influencia del clown, a modo de acciones y textos simbólicos cargados de metáforas e interpretaciones. Con este juego, esta representación se asemeja más a una fábula que a un cuento de Disney. Donde la realidad siempre supera la ficción.
En ese fragmento de tiempo llamado presente, A y B luchan por sobrevivir, en un mundo donde parece que la única opción que les queda es luchar por no aceptar la muerte antes de que llegue. Un presente totalmente asumible en la época en la que vivimos.
Los conceptos fundamentales de la obra, como en muchas de Beckett, son los de ‘indigencia moral’, además de la propia indigencia real representada en escena.