FRÀGIL bucea a través del clown y el gesto en el mundo de la espera, con todas sus expectativas y exigencias, con toda su ilusión y absurdidad. Una pieza llena de ternura, humor y mucha, mucha tontería.
Caerse y levantarse. Caerse y levantarse. Caerse y levantarse. Y, en medio de todo eso, seguir soñando, seguir jugando y, sobre todo, seguir riéndonos de nosotros mismos. Porque, entre caída y caída, ¿quién no se enamora?