«O es que crees que el amor se consigue sin sufrimiento».
«¡Pero si era un señor muy educado! ¿Cómo íbamos a suponer que…?»
Por desgracia hemos escuchado esta frase continuamente en los últimos tiempos; FEO investiga la violencia que se esconde detrás de esta aparente ‘normalidad’.
El personaje encierra en una habitación oscura y dentro de una maleta al amor de su vida y, con ello, también su alma. En su desvarío, pretende enseñar a amar, como hay que amar, a la mujer de la que está enamorado; para ello sigue las consignas dadas por una educación que evita el afecto, una sociedad que legitima el castigo del hombre a la mujer y una cultura que la supedita al servicio del hombre.
Al final, lo que descubrimos no es únicamente un problema de violencia de género, sino de sadismo del que tiene el poder ante todo ser humano indefenso ante su sufrimiento.
Texto escrito y dirigido por Emilio Ginés Morales, que interpreta Fran García, dando vida a un personaje que, a lo largo de la obra, hace un recorrido a lo largo de toda su existencia intentando hacer entender a su amada el porqué de su trágico fin. Le habla sobre su infancia, del desprecio que sufría por parte de su entorno sobre su aspecto físico, le cuenta que el amor de su madre era el mejor escudo frente a todas las burlas. Nos va contando sus ansias de encontrar un trabajo donde poder refugiarse y aislarse de la sociedad, sus primeras experiencias sexuales en prostíbulos en búsqueda de cariño y contacto físico, la explosión del amor, el infierno de los celos y la locura irracional, que le termina convirtiendo en un ‘asesino por amor’. En un asesino feo.
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