Al despertar en su lunes libre, Sara descubre que su sueño se ha hecho realidad: le han ofrecido el papel protagonista de una película. Para celebrarlo, acudirá al cariño de los comentarios de su Instagram, el amor de su match de Tinder, y la compañía de sus YouTubers preferidos.
Pero la celebración pronto se vuelve reflexiva. Porque a mediodía, cuando su mejor amigo la visita, ella se reconoce demasiado en los problemas de autoestima que ve en él, en su caso derivados de la vorágine de encuentros casuales que es Grindr. Y por la tarde, la mirada limpia de un desconocido, un inmigrante argentino que no cree en las ‘apps’, la obliga a comparar su ‘yo’ virtual con lo que ella cree que es su ‘yo’ real.
Cuando por fin cae la noche, sola frente a su pantalla, la emoción del éxito se ha desvanecido. Sólo dos preguntas permanecen: ¿Cuál de las dos Saras es la real? ¿Cuál es la original, y cuál es la copia?
Feliz Lunes es un musical que retrata lo que supone ser joven en las redes. La emoción, pero también la ansiedad y, paradójicamente, la soledad que consigue despertar la mera vibración de un teléfono móvil.