Dos personajes: A y B. Dos actores que interactúan y que durante ocho encuentros irán alternando, de uno a otro rol. Los escenarios son varios, pero todo apunta a la condición masculina contemporánea que se despliega en un encuentro con una mujer. Una mirada desprovista de testigos. Un ring side sin público. Sobreprotección o falsa protección, intimidación y degradación. Confrontaciones que, en algún lugar y en algún momento, fueron socialmente permitidos. Pero, sobre todo, una lupa sobre la enorme distancia que todavía falta recorrer. En ese terreno se mueve la obra. Palabras que, por la forma en la que están armados los textos, parecieran más propensas a ser pensadas que dichas. Acciones, procedimientos y discursos casi sin filtro de conciencia. Seres desprotegidos, que en general se acercan más a lo animal, que a lo humano. Sin embargo, el discurso es un discurso humano. Discurso que, lamentablemente, aún escuchamos con demasiada frecuencia.