Tomás Cabané dirige este texto original de Philipp Löhle que es un retrato de familia. ¿Quizás de su familia? A lo mejor de tu familia, o de la mía. El caso es que esta obra aborda esas relaciones que más han marcado nuestra vida. Las más cercanas, las que más se dilatan en el tiempo… las que establecemos con nuestros padres, hermanos y hermanas. Ese núcleo humano de miembros que tratan de vivir siempre en una eterna calma tensa, bajo la tranquilidad que aportan los secretos que mantienen todo a salvo. Pero cuando la cuerda se rompe, la virulencia entre unos y otros se desata provocando la más oscura de las tormentas, aquella que ataca donde más duele, en las debilidades que tan bien conocemos de esos seres a los que amamos.
Cuatro. Padre, madre, hijo e hija se sientan a desayunar. Todo aparenta cierta normalidad. Desayunan. Una casa. Una isla. Un puntico del tamaño de la cabeza de un al ler en la nada azul. La familia. La excusa de un desayuno para forjar un vínculo irreal. Una familia como muestra de catálogo de los ideales burgueses. Hasta que el padre de familia pierde su medio de vida. Con el desempleo viene la crisis, las preocupaciones, los conflictos y el divorcio. Es una montaña rusa de emociones, un paseo por la vida donde cabe el drama y la ironía.
El deseo de alcanzar los sueños y la frustración que produce el no conseguirlo. Sergio Díaz