Volver a tocar el agua. Bailar.
Volver a sumergirse en el río.
Volver a sentir la corriente circular y volver a salirnos de ella.
Volver a la fuente a beber. Chapotear.
Volver a escuchar el goteo.
Volver a la aridez y de la humedad emanar.
Volver a creer que todo esto es nuestro, que nos pertenece y volver a sentirlo propio.