Fotos: marcosGpunto
José Carlos Plaza escribe y dirige una adaptación de la clásica obra de Antonio Buero Vallejo, basada en el pintor Francisco de Goya.
Estrenada en 1970, su título es una referencia al grabado El sueño de la razón produce monstruos, creado en 1799. Su argumento se sitúa en el Madrid de 1823, durante los últimos años de vida de Goya. Así, se van conociendo las limitaciones que su sordera le provoca, además de la relación que mantiene con su amante Leocadia.
Por medio de sus experiencias, rencores y sentimientos, el texto simboliza la incapacidad de algunos para escuchar el sentido de la realidad. Pero no solo eso, sino que Plaza también indaga en una reflexión sobre la falta de pensamiento crítico y la prevalencia en nuestros tiempos.
Por José Carlos Plaza
Si unimos el título de Buero con el cuadro de Goya en el que se inspiró, El sueño de la razón produce monstruos, ¿puede haber algo, desgraciadamente, más actual en estos momentos?
Contemplamos atónitos, avergonzados ante una pérdida de la razón, un desenfoque del pensamiento, del pensamiento racional, que hace de nuestra sociedad un ser colectivo aborregado y soñoliento.
Buero la escribió en 1970, ¿qué hubiera escrito hoy al ver esta falta de inteligencia donde a situaciones complejas se dan respuestas simples y frívolas, para encubrir el discernimiento, la única arma que dispone el ser humano para comprender y ser capaz de optar?
Desde Goya a Buero, hasta hoy, esta es la trayectoria que queremos realizar y que sea un espejo donde nuestra gente vea reflejada su conducta aborregada y estúpida. Un canto al pensamiento, a la razón, a la luz de la mente que nos deje ver a través del manto de oscuridad que nos tienden las mentiras que nos crean, sin pudor y el falso oropel de las verdades adulteradas.
Buero nos habla, con dolor, con profundo dolor, con personajes históricos e inventados, sobre nosotros desde una época determinada del pasado y lo hizo para evitar la censura, ese monstruo de la razón, que hoy agazapado sigue mostrando sus garras. Pero es la España de siempre condenada al ostracismo y a la incultura. Todo con tal de no dejarnos pensar. De adormecer nuestra razón. Gracias Buero.