Palabras contra el olvido
Los timoratos no deseamos remover el pasado. No deseamos remover tumbas (por lo fantasmas que puedan asomar), ni queremos seguir hablando de la Guerra Civil. También perdimos gente en ella, aunque nuestros abuelos volvieron del frente y sabemos dónde descansan porque regamos con nuestras lágrimas la tierra donde les enterramos. De puertas para adentro nos conformamos con eso, para no tener que salir a luchar y seguir viviendo cómodamente. Pero hay gente que no pudo llorar a sus madres/padres y abuelos porque no saben dónde están. Hay gente que necesita otro tipo de respuestas, otro tipo de justicia, porque llevan 80 años sufriendo. Para ellos y ellas el conflicto aún no ha acabado. No pueden conformarse con lo que hay, porque se lo deben a la memoria de sus familiares asesinados. Y aún a riesgo de volver a los enfrentamientos, de seguir polarizando las opiniones, de que no podamos dejar atrás el conflicto, todo lo que sirva para restañar heridas, es mucho más que necesario. Se hace imprescindible.
Teatro del Barrio con la participación del Teatro Español, han sido valientes para alzar la voz en esta obra sobre la Memoria Histórica. Sobre los desaparecidos de la Guerra Civil y del franquismo. Sobre la Justicia.
En febrero de 2012 se juzgó al magistrado Baltasar Garzón que, tras recibir las denuncias presentadas por los familiares de los desaparecidos, trató de investigar los crímenes de la dictadura franquista. El Pan y la Sal (sin una sola línea de ficción) es el relato teatral de esa causa contra la recuperación de la memoria histórica. Un juicio en que los familiares de las víctimas dan testimonio de cómo desaparecieron sus seres queridos. Palabras, historias, que son un clamor contra el silencio institucional, contra el olvido organizado sobre la tragedia más honda de nuestra historia reciente.
Actores y actrices de la talla de Natalia Díaz, Nuria Espert, Ramón Barea, Ginés García Millán, Mario Gas, Andrés Lima, Gloria Muñoz, Laura Galán, Emilio Gutiérrez Caba, Alberto San Juan, María Galiana o José Sacristán ponen voz al silencio y palabras al olvido. Ellos y ellas sí que se levantan (sin miedo), ya que otros no lo hacemos (por miedo) para luchar porque se reparen las atrocidades que hicieron que este país se desgarrara y desangrara (y aún lo sigue haciendo). Sergio Díaz