Fotos: Moisés F. Acosta
11 de junio de 1991. Ohio.
«I’m here! Help!», fue el grito que despertó al tranquilo barrio de White Roses, en Ohio, una mañana de febrero. Martin Risk, el vecino que escuchó aquellos gritos comenzó a buscar hasta encontrar de dónde procedían. Llegó hasta el número 2107 de la avenida principal, donde encontró a una joven que pedía ayuda. Martin no daba crédito a lo que veían sus ojos: aquella joven era Emily, la joven maestra de escuela secuestrada casi un año atrás. Harry Coleman, un conductor de autobús escolar, la había sometido a toda clase de abusos, torturas y violaciones en el sótano de su casa. Harry fue conocido como el ‘Monstruo de White Roses’.
El caso de la desaparición de Emily Dawson dio la vuelta al mundo y estuvo presente día tras día en los noticieros y periódicos inaugurando la que se conocería como la ‘década de las desapariciones’.
El texto, escrito y dirigido por Jesús Torres (Premio Teatro 2019 Autor Exprés por Fundación SGAE por Puños de harina) y protagonizado por Lucía Diez (La noche más larga, Netflix) y Víctor Palmero (La que se avecina, The Hole) presenta la relación entre Emily y Harry a través de los meses de cautiverio. Una relación que se ve afectada por el papel que juega la prensa sensacionalista en el secuestro, que inventa datos y da voz a falsos testigos para alimentar la curiosidad de los telespectadores de este caso que, a pesar de no ser real, juega con la verosimilitud y la ficción para reflexionar sobre la actitud que tomamos ante estas noticias.