Fotos: David Ruiz
Un artista que se enfrenta a un texto y a un lienzo, sin miedos (o enfrentándose a ellos), a pecho descubierto, delante del espectador. Cada noche dará vida a una obra, un autorretrato que nacerá de sus dudas y, sobre todo, de sus ausencias.
El hombre y el lienzo es un montaje único, que permite al espectador forma parte de la creación de dos obras: la dramatúrgica y la plástica. El lienzo final, ese que ha cobrado forma ante los ojos del público ( y algunos lienzos que cobraron vida en otros días de función) podrá ser adquirido por cualquier espectador que quiera llevar hasta otro ‘rincón’ de su vida el particular espectáculo que acaba de disfrutar.