Fotos: Luz Soria
En 1892, Jacinto Benavente publicaba Teatro fantástico, considerado el texto que sentó las bases del teatro modernista en nuestro país y en el que incluía la pieza corta El encanto de una hora. En ella, dos figuras de porcelana vuelven a la vida durante una noche. Dos cuerpos frágiles y olvidados en un salón donde solo pasa el tiempo, donde la vida ocurre a su alrededor pero de la que solo pueden ser impasibles espectadores.
En la España de 1892, El encanto de una hora fue una de las piezas cortas publicadas dentro del Teatro Fantástico de Jacinto Benavente, un diálogo entre dos figuras de porcelana que vuelven a la vida durante una noche.
En la España de 2022, El encanto de una hora ocurre en un salón de baile de una zona costera, un paraíso anclado a otra época donde dos cuerpos esperan inmóviles, como las dos figuras benaventinas.
Ambas realidades se funden y conviven; la España de entonces y la España de ahora, los versos de Benavente y nuestra realidad actual en un sueño de libertad y de posibilidad de cambio. Los cuerpos de Patricia Ruz y Jesús Barranco se encuentran en un paraíso anclado a otra época en la que dos cuerpos solitarios esperan inmóviles, como las dos figuras benaventinas, hasta que también reviven.