En todas las familias cuecen habas. En todas. Esta no iba a ser menos. Esta es la historia de una familia que nunca volverá a ser la misma. Inma tiene 35 años, siente que no tiene nada en esta vida y busca socorro en terapias alternativas para mejorar su sensación de precariedad vital. Alejandro tiene 37 años, tiene de todo en esta vida pero está lejos de sentirse realizado. Son hermanos. Los dos pertenecen a una generación a la que se le ha prometido todo y no ha conseguido nada. Los dos han heredado el yugo del perfeccionismo para afrontar la vida adulta. Los dos sienten fracaso independientemente de sus circunstancias. Y los dos se ven enredados en un conflicto que cambiará para siempre sus vidas. “Creo que nuestro padre no es tu padre, es solo el mío”. Silencio. ¿Qué?” Inma descubre en una de sus terapias que su hermano y ella no tienen el mismo padre. A partir de este momento se desencadena un remolino alocado de búsqueda de la verdad en el que Encarna, la madre de ambos, jugará un papel fundamental. Todos los personajes de esta historia se verán arrastrados por la fuerza del legado transgeneracional.
El Cuento del Tomate Frito es una comedia existencial que cuestiona la legitimidad de decir la verdad sin tener en cuenta a la otra persona, sus sentimientos o las consecuencias que ‘esta verdad’ pueda traer; también nos habla del funcionamiento de los sistemas de comunicación en la familia y de lo que ocurre cuando el camino para cultivar la conciencia es irreversible.