El director y actor protagonista de una pequeña obra basada en el personaje de Sherlock Holmes, espera impaciente que aparezcan su actriz y el técnico en el teatro. Han quedado dos horas antes del comienzo de la función para ensayar y hacer algunos cambios. El técnico aparece poco después pero el retraso de la actriz termina sacando de quicio al director y preocupando al técnico.
Cuando por fin hace su entrada la protagonista como si no pasara nada y arrastrando un enorme maletón, la mujer acalla las protestas del director con una excusa insólita. Acaba de matar a su marido y no se le ha ocurrido otra cosa que traer el cadáver al teatro. Tras el shock inicial de los dos hombres, alguna que otra discusión, amenazas veladas y un pequeño hecho inesperado, deciden seguir con los ensayos y la función.
Pero nada es lo que parece. Los tres se ven envueltos en una pequeña lucha de poder, intrigas maquiavélicas, giros inesperados y maquinaciones dignas de una gran mente perturbada que solo busca un objetivo.