Producciones abismales no volverá a recibir la ayuda económica del Ministerio de Cultura que le ha permitido subsistir como compañía de teatro durante los últimos veinticuatro años. A cambio, les envían un coach de aceleración digital que les promete un despegue fulgurante siempre que acepten ciertos sacrificios… ¿Conseguirán suficiente velocidad para llegar a las estrellas o más bien para caer al abismo?
El cortacésped aborda la frenética aceleración del progreso en estos tiempos modernos. Pareciera que los ritmos humanos se ven superados en muchas ocasiones por una velocidad en constante multiplicación.
¿Es el teatro lugar de refugio? ¿Lo será acaso de resistencia?
La sociedad contemporánea está enmarcada en una lógica temporal que parece natural y de la que no se puede encontrar un responsable. El filósofo y sociólogo Hartmut Rosa, en su teoría crítica de la temporalidad en la modernidad, define la aceleración social y enumera los motores que autoimpulsan un sistema que se realimenta positivamente y que solo es estable de manera dinámica, es decir, en continua aceleración incremental.
Rosa define tres tipos de aceleración en la modernidad: de la tecnología -que permite que los procesos de transporte, comunicación y producción se hagan cada vez a mayor velocidad-; del cambio social -caracterizado por la inestabilidad de las estructuras sociales y culturales-, y del ritmo de vida -a pesar de la aceleración tecnológica, existe un creciente hambre de tiempo para poder hacer cada vez más cosas-.
Y para mantener esas aceleraciones, identifica como motores externos a la competencia y a la promesa de eternidad, esa que intentamos alcanzar viviendo todas las opciones posibles.
El cortacésped plantea una comedia que nos permita reflexionar, de manera individual y colectiva, sobre esta aceleración que pareciera estar volviéndonos a todos locos.