Quinto montaje del Laboratorio del Sótano que, en esta ocasión, aborda el sentimiento de pérdida que todos, de manera más o menos trágica, hemos experimentado durante el pasado 2020 y, desgraciadamente, aún continuamos experimentado.
La pérdida precisa, necesariamente, de un duelo que facilite asimilarla. Para ello, hay que experimentar la ira, la negación, la tristeza… Hasta poder aceptarla. En esta propuesta, el espectador escuchará diferentes historias de diferentes pérdidas que, seguramente, le resulten familiares. Esta es una obra dura, pero necesaria, porque los que aún estamos vivos tenemos la responsabilidad de hacer buen uso de esa vida.