E.V.A.

Con dramaturgia de Marc Artigau, Cristina Genebat y Julio Manrique, y dirección de este último, ‘E.V.A.’ está protagonizada por Rosa Gàmiz, Carolina Morro, Marta Pérez, Carme Pla, Albert Ribalta, Jordi Rico y Àgata Roca.

T de Teatre es una compañía creada en 1991 por cinco jóvenes actrices (Carme Pla, Mamen Duch, Àgata Roca, Míriam Iscla y Rosa Gàmiz) que acababan de graduarse en el Institut del Teatre de Barcelona. Su primer espectáculo, Petits contes misògins, fue galardonado con el Premio de la Crítica de Barcelona al mejor espectáculo revelación. Comenzar así ya es sin duda un buen augurio… Y 27 años después, con 11 montajes que llevan su sello y con un lenguaje escénico propio, atemporal y resiliente siguen demostrando que aquel primer premio que recibieron fue ciertamente merecido.

Su última obra y con la que celebran su cuarto de siglo por los escenarios, es una comedia que habla sobre el dolor. Una de esas percepciones sensoriales subjetivas que son inherentes a cualquier ser vivo con sistema nervioso central. Pero a diferencia de las percepciones sensoriales subjetivas que se disfrutan -felicidad o alegría-, el dolor es algo que es cosa de perdedores, algo de lo que no se debe hablar y que ciertamente llega a ser un tabú en las sociedades modernas y avanzadas, como lo son también la vejez y la muerte, curiosamente dos etapas vitales asociadas al dolor… Pero este torturador silencioso puede presentarse en cualquier momento de nuestra vida. Sin avisar. Sin remedio.

El título de la obra hace referencia a la Escala Visual Analógica (EVA), que es el método que se utiliza para medir la intensidad del dolor que describe un paciente. T de Teatre nos invita a reflexionar sobre el dolor. Nos hablan de la poética que a veces lo acompaña y nos presentan un catálogo de las diversas formas que adopta a partir de cuatro historias cruzadas que nos irán mostrando las diferentes formas en las que se manifiesta el malestar en un cuerpo: el dolor físico, el crónico, el somático, el neuropático, el dolor vital, el moral, el cotidiano, el del alma… Todo con el objetivo de que comprendamos mejor una sensación que todos, desgraciadamente, hemos sentido, vivido y padecido. Sergio Díaz